Cuándo me influyeron que lo salido de la prostituida norma social, era malo? no se, no lo recuerdo, pero hoy me río a carcajada suelta; ¡qué viva mi libertad de conciencia! porque, sólo por hoy, la siento y me la gozo, porque hay cosas que suceden aunque los moralistas se revuelquen en sus propios y estériles miedos.Me estoy dando cuenta de que lo inevitable se acerca, y el temor se pelea con la alegría inmensa del momento esperado.
qué viva el amorAfuera temor, que pase la alegría...
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